Fr.
Ivan Matic es un sacerdote de Croacia de la Provincia Franciscana de
los Santos Cirilo y Metodio asentada en Zagreb. Nació en Janjevo y llegó
a Croacia, a Zagreb, donde comenzó su viaje franciscano y donde
trabajó, sobre todo, con los jóvenes. Estudió en Roma, en el momento en
que la Juventud Franciscana fue fundada, y también en Asís. En el año
2000 regresó a Zagreb y entró a trabajar en la iglesia de San Francisco
en Kaptol.
En el mismo año, después de que el Ministro General en ese momento,
el P. Giacomo Bini le invitase a volver a Roma, el P. Iván llegó a la
Curia General y entró en el servicio de Asistente General de la Tercera
Orden Franciscana y de la Juventud Franciscana, donde ha permanecido
hasta ahora.
Nos dijo que los años que pasó en Roma fueron una gran experiencia
para él y está agradecido a Dios por todo eso. Fue este servicio el que
le permitió unirse, a través de fraternidades franciscanas y comunidades
del mundo entero, con los jóvenes en todos los continentes. Después de
trece años, Fr. Iván está a la espera de un nuevo servicio. Tuvimos la
oportunidad de hablar con él durante su visita a Medjugorje y debatimos
varios temas, como los Franciscanos, la Tercera Orden Franciscana, la
Juventud Franciscana, el trabajo con los jóvenes, la nueva
evangelización, Medjugorje y la elección del Santo Padre.
Esto es lo que vi, dijo Iván, sobre Medjugorje: “He estado en
Medjugorje, en muchas ocasiones, tanto como parte de mi servicio, como
en visitas privadas. En mis visitas, siempre dedico tiempo a la oración
personal y a la celebración de los sacramentos. La nueva evangelización
es especialmente obvia a través del sacramento de la confesión, ya que
las personas desean volver a Dios y reconciliarse con Dios, consigo
mismos y con sus seres queridos. Los sacerdotes somos testigos de que la
evangelización tiene lugar cuando Dios viene a curar a la gente en
Santa Confesión. Ese es el mayor papel de Medjugorje, no sólo para los
que estamos aquí, sino para todas las personas en todo el mundo. Este es
un lugar de reconciliación, un lugar de paz, un lugar donde la Madre
Celestial invita de una manera sencilla sus hijos a que regresen a Dios.
Ella nos invita al igual que una madre, con palabras de amor, incluso
con palabras de dolor, pero siempre con la esperanza de que los niños
podamos volver a Dios, con la esperanza de que el buen Dios nos dé
fuerza para dar ese paso de volver al Padre”.
Fuente: www.centromedjugorje.org
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